esponja negra

Toda la familia se despertó tarde, Martha estaba atrasada… Fausto su esposo no estaba, ella imagino que salió a correr como todos los sábados, se desvistió y entro rápidamente a la ducha sin darse cuenta que dejo la puerta abierta. Pedrito, el hijo de los vecinos, había dormido esa noche en casa, eran muy buenos amigos con Carlitos, hijo de Martha y los dos tenían 7 años, era frecuente el que pernocten juntos. Pedrito estaba jugando y entró a la habitación de los padres de Carlitos y al llegar al baño vio a Martha completamente desnuda y además no había depilado sus partes íntimas por lo que se veía una protuberancia de bello bastante frondosa… Martha inmediatamente se tapó con una toalla pretendiendo que nada pasaba y pidiendo a Pedrito que saliera por favor de su cuarto que ella estaba bañándose… Pedrito, todavía absorto de lo que estaba viendo y con su mirada fija en el sector de la entrepierna de Martha, le pregunto inocentemente…

• Martha, que es esa cosa negra que tienes entre las piernas?
• Ella rápidamente contestó – es una esponja hijito que usamos las mujeres para lavarnos el cuerpo – Rápidamente sacó a Pedrito de su habitación y puso seguro en la puerta…

Terminó de bañarse, se vistió y estaba lista para ir a la peluquería, mercado, visitar a su tía que andaba un poco enferma y todavía estaban dentro del tiempo perfecto, fausto, su esposo no aparecía aun, ya era hora de que llegara… fue por Carlitos a pedirle que estuviese listo y en el camino se encontró con Pedrito quién estaba jugando muy tranquilo con unas canicas.

• ¿Como estas Pedrito… listo para irte a tu casa?
• ¿Si Martha ya estoy listo y tengo todos mis juguetes en la maleta… puede Carlitos ir a mi casa?
• No esta vez Pedrito, tenemos muchas cosas que hacer y estamos atrasados…. ¿A propósito, pedrito, quiero hablar contigo de lo que paso hace un rato, que pena contigo no haber puesto seguro, pero quisiera saber si todo te quedó claro… lo de la esponjita negra por ejemplo si entendiste para qué sirve?
• ¡Si Martha no te preocupes, me quedó clarísimo, es más la empleada también tiene una igualita a la tuya… y siguió jugando!
• Que? ¿Dijo Martha un poco alterada por lo que escuchaba… como que tiene una esponja igualita a la mía Pedrito, cuando la viste??
• A lo que Pedrito le responde… ¡Hace un rato en el garaje, le está lavando la cara a su esposo Fausto! Y siguió jugando con sus canicas como si nada hubiera pasado…